En el Colegio La Amistad, en Fuenlabrada, nuestra mayor preocupación es la enseñanza, la formación y el desarrollo de nuestros alumnos, y es por ello que entendemos en qué consiste exactamente el fracaso escolar. De este modo vamos a poder prevenirlo y tomar soluciones a tiempo.

El  abandono escolar es uno de los grandes caballos de batalla en España, siendo el porcentaje de alumnos que abandona el colegio prematuramente en torno al 13%. Esta cifra es preocupante y por eso debemos plantearnos qué es lo que hace que nuestros alumnos decidan abandonar su formación.

Vamos a enumerar algunas de las causas objetivas que fomentan la aparición del fracaso escolar:

• Dificultades propias del estudiante. Esta se refiere al elevado porcentaje de alumnos con dislexia o con déficit de atención, siendo importante su detección temprana.
• Dificultades socioeconómicas. Existe una relación directa entre el nivel económico de la familia y el rendimiento de los hijos en la escuela. Falta de complicidad entre la familia y la escuela. Como en anteriores post ya hemos comentado, la labor familiar y docente debe actuar formando un único rumbo.
• Inestabilidad del Sistema educativo dependiente de los vaivenes políticos. Es perjudicial vivir en una constante reforma educativa, pues se necesita un consenso básico y una estrategia con resultados largo plazo.
• Causas pedagógicas: desconocimiento de técnicas y hábitos de estudio.
• Otras causas, en esta categoría podríamos incluir la selección y formación del profesorado, la excesiva burocracia y las crisis de autoridad.

En el Centro Educativo La Amistad consideramos como pilares básicos a la educación: la atención, la memoria, el lenguaje, la inteligencia y la creatividad para solucionar problemas.

Como soluciones al problema del fracaso escolar podríamos establecer motivaciones que impidan que los niños abandonen sus estudios, y estas podrían ser:

• Dedicarles tiempo y escuchar todo lo que cuentan al regreso de las clases.
• Dar mucha importancia a sus preguntas y escuchar activamente todo lo que quieran contar.
• Ofrecer respuestas acordes a la edad del niño.
• Permitir que se equivoquen y entender el error como una oportunidad para aprender y crecer.